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miércoles, noviembre 16, 2005

Merecida defensa

Este país es un país de envidiosos. Nada que hacer. Que dizque Uribito no es el mesías ¡ganas que tendrían ustedes de serlo! Que las reinas de Cartagena son ahí no más ¡que más querrían que ser igualitas, o poseer a una de ellas! Que Fernando Londoño es un hampón ¡un genio, es lo que es, nuestro magnánimo hombre! Que Dago García es un mal director ¡por lo menos hace películas, y la gente paga una boleta para verlas! ¿O nadie se vio “el carro” y demás productos?

Pero yo no vengo a poner en orden la totalidad el país, no; sencillamente he resuelto que me tiene mamado ver que nadie le agradece nada a quienes han forjado parte de nuestra identidad, a quienes nos han ayudado a ser mejores personas. Quiero revindicar la imagen de quien se ha convertido en un hazmerreír, pese a ser un verdadero educador de las nuevas generaciones, un arquetipo de quien logra mezclar entretenimiento con formación en valores, un defensor de las buenas costumbres y las buenas relaciones de los humanos con los ángeles. Sí señores, es él: J Mario (“muchas, gracias! Y ya nos está enseñando a ser educados).

Lo primero: para aquellos que creen que su nombre es Juan Mario o José Mario o Javier Mario, se equivocan (y, no, tampoco es John Mario..). Claro, tampoco tan en el clavo quienes ingenuamente opinan que “jota” es un nombre. No, no señores: “jota” es por la letra, y se trata de una combinación cabalísitica, porque es la onceava letra del viejo abecedario (ahora es la décima, porque mataron a la “che”, y ahí sí no sé qué pasa), una menos que la cantidad de meses en el año, y así facilita el éxito y la alopecia en quien se llame “jota”. Seguro, busquen al amigo de su papá al que le dicen “jota” y verán. Garantizado.

Así que este señor, bautizado de acuerdo a los más confusos y profundos secretos guardados por los rosacruces y los templarios, no es simplemente un ídolo de las amas de casa. No. El nos enseñó que “lo importante es la personalidad”, y miren qué ha hecho de nosotros. El nos indujo a preguntarnos “la bolita, la bolita, la bolita dónde está”, nos enseñó a desarrollar eso que los psicólogos llaman lateralidad (sí, esa repetición en Adán y Eva de “izquierda, izquierda, izquierda, izquierda, arriba, arriba, derecha, derecha, derecha, derecha” fue clave), nos recordó que siempre existen solteros “sin compromiso”.

Yo, señores, me declaro jotamarista. Me importa la personalidad, busco bolitas a cada rato, siempre creo que tengo una novia chévere, no confundo la derecha con la izquierda y solo le caigo a las solteras sin compromiso. Y todo esto me ha llevado a no ser tan envidioso como ustedes.

Gracias, Jmario (así, pegadito, como le decimos los amigos).

11 comentarios:

Juan Felipe Chamorro dijo...

Estoy de acuerdo con el primer párrafo. Lo demàs està muy bien escrito y me hizo reir mucho. Pero de todas formas, Jota Mario (así, despegado como le decimos sus enemigos) es un pobre gûevòn que vive de copiar ideas que tuvieron éxito hace años y que ahora sólo lo hacen ver cada vez más ridículo

Un saludo

Mal Ladrón dijo...

Los admiradores y algunos amigos también le dicen Jotica a este gran forjador de la personalidad de una generación. Merecido homenaje.

Anónimo dijo...

Pues si, hay que reconocerle que por más que sea lo que sea, el tipo es parte de nuestro patrimonio intangible, sea para bien o mal, sea lo que signifique eso. Y hay quienes lo admiran ... si el Padre Chucho es un ídolo, que mas se podía esperar?

Mr Brightside dijo...

Lewin, me ha dejado usted en shock, no sé si habla en serio. Yo particularmente siempre sueño con el día en que ese hijueputa (como le digo yo) encuentre la muerte en mis puños.

Hermano, disculpe la tardanza pero es que me quitaron el messenger en la oficina y no veo sus nicks y no se cuando actualiza.

Un saludo...

Federico De la Regueira dijo...

Por si acaso...
La J (jota) es por Jorge.
El man se llama Jorge Mario Valencia.

Y pues, se le tiene que agradecer algo. Si no estuviera el, de quien rajariamos?

Lewinski dijo...

Falso, falso. La jota no es por nada, incréudlo degenerado de la re-gay-ra! Claro, a tirarse mi post...

Mr Brightside dijo...

jajajajaja

La regayra....

Muy bueno ese apelativo; si le tuviera confianza le diria asi de una.

Suerte (y claro, pulso)

Juan Camilo Aljuri Pimiento dijo...

Fué más clave el: aarriba, arriba, abajo, abajo, izquierda, derecha, izquierda, derecha, B, A, B, A, (select opcional) y start

David Motta dijo...

No, no y no, me niego a aceptar a ese enviado del demonio como ejemplo a seguir. Muerte a los infieles!

El Chico de la Tapa dijo...

Luego los amigos no le dicen El Bobito? Oh era Pacheco el único que tenía tan distinguido privilegio?

Ciudadano Tipico dijo...

Muy buen artículo. Y muy buena memoria la suya en realidad.Y en realidad que me importa Jmario... es un iguazo... imbecil.. es en muchos sentidos una hueva... pero pues... que lata. la vida que me la arruine... en realidad no lo hace.

tengo paciencia.