Volver
Saqué la cabeza del agua para volverme a lanzar al mundo de afuera, al aire y el viento, a los sonidos que se agolpaban e iban formando palabras. A escribir.
Nadé y nadé y nadé, y ahora ya no queda ni un grano de polvo incrustado en mi piel. Mis recuerdos borraron montañas, llenos de aletas y no de alas. Abajo todo suena quedo, y las palabras retumban. Es el reino del silencio y del lento sonido. Ruido blanco, fondo negro, techo azul.
Ya afuera callo: escucho el viento en mis oídos. Sonrío.
5 comentarios:
Estoy de acuerdo, nadar es bueno para los granos.
Los callos infectados por chapotear en la piscina, pueden transformarse en ojos de pescado. Como bien lo expones es aconsejable tenerlos ventilados.
q cosa.. yo estoy sintiendome aboslutamente igual... increible.. esoty feliz!! un abrazo
Yo también escucho el viento en mis oídos, pero el que primero lo huele debajo lo tiene.
A mi lo que me molesta de ir a la piscina es que nunca sé donde dejé las chanclas.
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