Dentro de Juana, la Casquivana
Eso de ponerse a escribir un cuento es terrible: ni yo sé a dónde me va a llevar, no sé cómo ha de terminar. Pero lo peor es cuando no es un cuento sino es el relato de lo que me ocurre, de toda esta sangre y estos extraños restos de hombres (muelas con caries, trenzas de universitarios, lentes, lápices, un anillo de plata con una calavera) que me acompañan acá adentro. El mundo es oscuro, cálido y rojo. Mis oídos se desesperan de sólo escuchar tonos bajos y lejanos, y querrían escapar de mi cabeza y lanzarse al transparente verdor de los ácidos de Juana. Pero este cuento no es fantástico, así que tienen que quedarse acá, a los dos lados de mi cráneo, con esas orejas que de nada me sirven.
Ayer Juana pareció hablarme. Bueno, este mundo es nuevo para mi, y aún no entiendo qué ocurrió, pero desde mi izquierda (cosa que no importa, porque sólo hay arriba y abajo, pero no sé hacia dónde miro ni a qué le doy la espalda, pues siempre miro y siempre doy la espada a Juana, la Casquivana) salió un sonido más agudo, diferente a los que creo son suspiros casi permanentes de esta flor. Parecía seguir un ritmo similar al que usamos los humanos para comunicarnos, parecía buscar mis oídos, que inmediatamente despertaron y desecharon su plan suicida. La verdad es que me sentí conectado, de nuevo, con eso que antes llamaba realidad, y que ahora es un delirio.
Pero no entendí nada. No entendí si las palabras eran bellas o no, si transmitían comprensión, cariño o terror, si Juana me quería tranquilizar o insultar. No sé nada. Y tampoco entiendo por qué no soy digerido, por qué mis uñas no se desprenden, por qué mi piel ya no se incomoda con esta asquerosa mezcla de ardor y constancia. Si alguien me lee, por favor hable con ella, siempre teniendo cuidado de no sucumbir. Hable, pregunte, trate de hacerla entender: que me cague, que me vomite, que me digiera. O no, mejor no la mire, déjela así, que en realidad creo que este lugar me hace pensar en algún espacio que ya conocí, que ya colonicé. Esperemos. Veamos qué pasa.
4 comentarios:
pues si... esperar a ver que pasa con Juana. Amanecerá y veremos.
Aggggggggggggg.... baf!!!! Que tonelada de mierda!!!!!!!!!
UNo nunca sabe lo que quieren decirnos, pero mantengase en la lucha, disfrute lo ue pueda ese ambiente antes de que se lo traguen los acidos.
Suerte y pulso...
Pues Usuario anónimo... si no ha leido este blog antes, es precisamente eso, hablar mierda, lo que hace todo el mundo el 90% del tiempo, y con lo cual se pasa el tiempo de una forma agradable.
La inteligencia se encuentra en la sencillez...
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